Puro paisaje chapín, pues

¿Qué onda, patojos?
Fíjense que estos días ando algo nostálgico, pues. Ni modo, Guate me hace falta. Ay, imaginen que recién agarro una camioneta y encuentro el Pacífico. Monterrico, digamos. Con toda la mara, pues. Qué rico, ¿va? Un ceviche al ladito del mar, unas chelitas bien frescas y escuchar las historias de los patojos y de los pescadores, pues. Puro paisaje chapín. No tengan pena, mis cuates, que
si voy les invito a venir conmigo, pues. Si me acompañan, por bien poca plata les llevo a subir volcanes y a descubrir las pozas de Semuc, la selva del Petén y el puro trópico de oriente, pues, los mercados y los restos de una civilización sorprendente, el lago más bello del mundo y tantísimas otras muchas maravillas que poblan el país de la eterna primavera. Pero anden con cuidado, muchás. En el más lindo de los países también el miedo campa a sus anchas. El lugar en el que el cielo y el infierno se dan la mano está a un charquito de distancia.