5.1.08

El fútbol y yo


La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber.
A medida que el deporte se ha hecho industria,
ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí.

Eduardo Galeano

El fútbol y yo tenemos una difícil relación de amor-odio. Como la de dos amantes que ya no se soportan pero todavía se necesitan. Hemos pasado por el enamoramiento, la pasión, la rutina y el aburrimiento demasiadas veces. No puedo evitar emocionarme ante un espectáculo (que no deporte) que desde pequeño aprendí a entender. Congenié con el jugar bien antes que ganar y, a veces con orgullo y otras avergonzado, he sentido los colores blaugrana como propios. Creo que desde que veía a mi abuelo sonreir cada vez que el barça marcaba. Sin embargo, aborrezco el negocio que significa, el aborregamiento colectivo que provoca, el fanatismo que desprende, el dinero que mueve. Todo ello me llevó, ya hace tiempo, a renegar del fútbol, hasta que me reconcilié con él a raíz de ser excusa de encuentros intersemanales en el bar Roure algunos miércoles y sábados. Claro que las croquetas de jamón, las conversaciones y las Moritz también ayudan, y muchas veces logran que nos olvidemos de la pantalla.
De alguna forma, el fútbol me ha enseñado que no siempre se gana, que puestos a perder mejor hacerlo con dignidad, que no siempre gana el más fuerte, que hacer feliz a la gente es difícil pero merece la pena intentarlo y que el mundo está rematadamente loco si unos tipos cuyo principal objetivo consiste en meter una pelota dentro de una portería ganan carretadas de dinero. Aunque contradiga muchas de mis creencias, me gusta el fútbol.

(Nota: Mensaje publicado y eliminado en noviembre, rescatado por orden directa e inapelable de un amigo al que echo de menos)

6 comentaris:

la punta de mi lengua ha dit...

El fútbol a sol y a sombra, con sus luces y sus agujeros negros.

vafalungo ha dit...

En efecto, lo divertido que es ver darle a alguien sonreir mientras patalea un balón y lo triste que resulta toda el negocio que mueve...

SHADOW ha dit...

Durant una època de la meva vida em vaig veure immersa en veure partits de futbol als bars, llegir premsa esportiva, jugar a futbol amb la Play i entrar en aquest món que mai he suportat. I ara, sense el "fanàtic" al meu costat, veig o escolto qualsevol cosa relacionada amb el món blaugrana i ufffffffffffffffff!!! canvio de canal...
Petonets, vafalungo!

vafalungo ha dit...

Es que tot allò que fem per complaure als altres però que no ens agrada... Jo n'estic una mica fart, però no puc evitar, de tant en tant, deixar-me portar i submergir-me en l'absurd que rodeja a la piloteta.
Ptons!

Overseas_Chef ha dit...

Vafalungo, me sorprende leer que albergas sentimientos blaugranas, especialmente despues de aquel "ara que vas a viure a Gracia suposo que et faras soci del C. E. Europa?" que dijiste hace ya mas de una decada.

http://www.ceeuropa.com/

Salut,

F

vafalungo ha dit...

Visca l'Europa, F., però recorda que jo ja fa anys que no visc a Gràcia. En tot cas em podria plantejar quin grau de simpatia em desperta la U.E. Sants. De totes formes, reconec que de tant en tant miro com ha quedat l'Europa, i si han guanyat, me n'alegro.
Una abraçada!