28.9.06

Quieres café, mi vida?













Al despertarme hay dos momentos sin los cuales no dejaría de ser una persona durmiente durante el resto del día.
El primero de ellos es la ducha. Bien caliente, me limpia y se lleva todos los restos oníricos que me quedaron pegados a la piel y al alma durante la noche. Sin ella sentiría que las sábanas todavía me cubren.
Y el segundo es el café. La dosis diaria de cafeína es la que consigue que abra los ojos a este mundo loco al que cada día nos enfrentamos. Su sabor, amargo pero lleno de vida, bien parece anticipo del día que recién nace. Es, sin duda, la causa que deje de navegar entre nubes y ponga los pies en el suelo de esta realidad que me atrapa y me divierte, que me engaña y me sonríe, en esta vida que nos ha tocado vivir y bailar.
Así que ya saben, si quieren conseguir mi favor, me invitan a un mi cafecito.
El resto es todo negociable.

2 comentaris:

Anònim ha dit...

Podies triar la formula colombiana per a la mateixa situació:
¿Te apetece un tinto, mi amor?

Anònim ha dit...

molt millor!!! jajaja
m.