23.2.07

Val per...


I a més podeu veure lo guapo/a que serà al blog que la sistera ha estrenat: cargolet
Ole, ole!!

20.2.07

Si no saben volar (Espantapájaros)

No acostumo a incloure textos literaris en aquest blog. Tot i que moltes vegades n'he estat molt temptat. Textos de Galeano, de Benedetti, de Borges, de Cortázar o de tants altres que, sens dubte, mereixen ser llegits, disfrutats i gaudits amb els cinc sentits. Però no he pogut evitar incloure aquest text d'Oliverio Girondo, per a que el descobriu si no el coneixeu, per a que el gaudiu si ja forma part de les vostres referències literàries. Directament des d'Espantapájaros, amb tots vosaltres, Oliverio Girondo:

No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en esto soy irreductible- no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretenden seducirme! Esta fué - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa. ¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡ María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres... ¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. "¡María Luisa! ¡María Luisa!...y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrisaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...la de pasarse las noches de un solo vuelo! Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo? Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

8.2.07

Pasajeros al tren

Loco motora
Destino felicidad
Locura pa la caldera
Pa poder ir más allá!!
La Troba Kung-fú





A pesar de la modernidad que pretenden algunas estaciones y altas velocidades varias, todavía hoy viajar en tren tiene un punto de misterio, de magia. Se trata de una forma sosegada de ir de un lugar a otro. El traqueteo sobre los raíles, el paisaje que se pierde por la ventana, las estaciones como punto de encuentro y el destino compartido con el resto del vagón dan al viaje una pizca de mística. Nada que ver con la soledad y la prisa del conductor de autopistas. Eso si, sin horarios, sin preocupaciones. ¿Qué lugar mejor que un andén para empezar una nueva aventura? No sé donde debo bajar, pero la locomotora empieza a andar.
Quizás nos descubra nuestro lugar en el mundo. ¿Cuál es vuestra estación favorita? ¿A qué tren subiríais para alcanzar vuestros sueños?